
La temática es de lo más variada así que digo yo que con alguno atinaré. Que sí, que sí, que creo que traigo sugerencias para todos los gustos (vale, tal vez me falte alguno de terror, pero ya que eres buen lector puedes ser tú quién recomiende). Vamos allá:
- La buena Letra de Rafael Chirbes. Este ha sido una recomendación de Rafa Gutierrez que como sabéis es uno de mis libreros de cabecera y tiene un porcentaje de aciertos asombroso conmigo. Una novela extraordinariamente breve escrita en clave de monologo interior (que he comprobado que va fenomenal para las novelas cortas) en el que Ana, una mujer mayor cuenta a su hijo sus vivencias desde que se casó con su padre. Lo que padecieron durante la Guerra Civil, como se acostumbraron a vivir durante el franquismo y fueron retomando sus vidas. Ana se va descubriendo como un personaje notable que se mantiene en la discreción más absoluta mientras observa como su cuñado (antiguo republicano reconvertido) y la mujer de aquel tratan de destacar y se alejan cada vez más de ellos. Cincuenta y pocas páginas que te vas a leer en una tarde y que no vas a poder abandonar, narrado de tal forma que es más lo que se percibe por las omisiones, que lo que expresamente se cuenta. Me ha encantado.
- El nadador del mar secreto de William Kotzwinkle. Hablé de esta novela corta en una reseña anterior y ya dije que era duro, pero muy bueno. En menos de cien páginas el autor nos cuenta una historia que vivió en su propio pellejo: la pérdida de su bebé recién nacido. Elegante, contenida, dolorosa… también ha sido una recomendación de Rafa. Estoy comenzando a pensar que esta entrada tenía que escribirla él.
- 84, Charing Cross Road de Helene Haff. Un libro sobre libros, libreros y cartas. Es una novela corta epistolar en la que una escritora norteamericana desconocida (la propia Haff) establece carta a carta una relación de clientela y amistad con los empleados de la librería «Marks & Co» situada en el 84 de Charing Cross Road, especialmente con Frank Doel que es el encargado (en principio) de responder a sus misivas. Los lazos que se van estrechando a lo largo de veinte años de correspondencia, el amor por los libros, la compasión y la amistad son el tema esencial de esta novela. Esta es una novela para enamorados de las librerías, los libros y por supuesto el servicio de correo estatal. Fue llevada al cine en 1987 por con Anne Bancroft y Antony Hopkins en los papeles principales. Esta fue una recomendación de mi amiga María José Agrás.
- El océano al final del camino de Neil Gaiman. Esta es un poquito más gorda… pero poquito. Literatura fantástica de calidad, no digo más. Me he convertido en una fan total de Gaiman por culpa de mis hijas. Primero fue mi marido quien compró una edición en cómic de El libro del cementerio, que leyeron las niñas, después les regalamos Coraline y una de ellas me dijo: «Mamá, que maña se da Gaiman para escribir cosas que dan mal rollo , ¿eh?» Me faltó tiempo para leerme Coraline y me encantó su forma de escribir. Por supuesto que también recomiendo ese libro para niños y adultos a los que les guste el género fantástico. Luego encontré la novela de la que os hablo y me ha enganchado. El protagonista narra un episodio de su infancia que a punto estuvo de hacerle perder a su familia y la propia vida. Poco a poco iremos viendo que la historia tiene que ver con seres que habitan la tierra desde el comienzo del universo, y otros que decidiendo hacer el bien sólo causan horror. Entre los agradecimientos de la novela, Gaiman hace mención a Stephen King, lo que me ha hecho recordar esa novela de terror tan buena y que no es extensa: Carrie, ¿la habéis leído? Si no habéis tenido la ocasión hacedlo, creo que os gustará.
- La importancia de que las abejas bailen de Diego González. Normalmente me da un poco de pudor hablar sobre novelas que han escrito amigos, pero lo cierto es que lo merece. Esta novela, publicada por Algaida, fue ganadora del XXVI Premio Felipe Trigo de Novela Corta. Relata (también en clave de monólogo interior) la historia de Nana, última de una familia de apicultores extremeños y cómo su familia comenzó a deshacerse poco apoco cuando las abejas dejaron de bailar y el colmenar enfermó. Entonces contrataron a Héctor un fundidor de campanas, con la extraña habilidad de provocar que las abejas bailen. Un relato intimista sobre sentimientos y familia, sobre la soledad, el paso del tiempo y el amor.
- Uno de los Vuestros de Manuel Valderrama. Os recuerdo que con Manuel hicimos una entrevista en el blog y hablamos de su novela. Es una obra donde actualiza la mejor tradición picaresca al siglo XXI y aunque el inicio tiene un punto local importante (donde muchos sevillanos se reconocerán para bien o mal) llega determinado momento en que, la temática, el comportamiento, el afán de ascender en la sociedad del protagonista José Anselmo, traspasa esos límites y se hace recognoscible para cualquiera de nosotros. Veremos en él a todos los que durante estos años de supuestas vacas gordas dieron pelotazos a diestro y siniestro sin escrúpulos ni contemplaciones. Os garantizo una sonrisa irónica a lo largo de las ciento cuarenta páginas de narración.
Y hasta aquí mis recomendaciones de novelas cortas para ti que no tienes tiempo que, como yo, estás agotado la mitad de los días (la otra mitad estás muerto) pero que de una forma u otra pretendes continuar leyendo. ¿Puedes recomendarme alguna novela corta que se lea bien? Estoy deseando continuar en esta linea y tu ayuda me será útil.
Un abrazo y feliz semana.
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Oscar GARCIA ramirez
17 enero, 2017Me voy a lanzar a por el océano al final del camino. Me atrevo a recomendarte maldito karma, fácil, divertida y rápida de leer.
Anabel
20 enero, 2017Si es divertida voy a ir de cabeza porque me lo pide el cuerpo. Reir es esencia. Muchas gracias por la recomendación
Anabel
19 febrero, 2017Hola Oscar, ya me leí «Maldito Karma» y ha sido muy divertido. Creo que era lo que andaba buscando, sin pretensiones, un poco previsible, pero muy divertida. Creo que hay segunda parte. Ahora voy a meterme con «Underground» de Murakami ¿te lo has leído?
Oscar
20 enero, 2017Si, lo es, ya empecé con el océano al final del camino, y creo que est que te recomiendo puede ser de tu agrado. Ya me contarás…
Anabel
20 enero, 2017Estoy leyendo instrumental y no es la alegría de la huerta, para que engañarnos. Así que me parece que la que me recomiendas me va a venir genial. 🙂
Oscar
27 enero, 2017Ya terminé el océano al final del camino, gracias por la recomendacion, me gusta este tipo de libro, fácil (en el buen sentido), poco o casi nada empalagoso en las descripciones, bastante ágil en la historia y como colofón, imaginativo y que te hace evadirte de la realidad, reflotando esa parte infantil, mistica y magica que a algunos todavía nos hace soñar despiertos.
El final me dejó un sabor un tanto agridulce, aunque esperanzador. Quizás si sea un libro un tanto infantil como leí en alguna reseña, pero en definitiva me parece una gran lectura que sin duda va ha ser de las que no me olvidé.
Anabel
28 enero, 2017A mí no me pareció infantil, al menos no se lo recomendaría a mis hijas de 10 años, tal vez cuando pasen un par de años más. Ahora están entusiasmadas con la saga de Harry Potter. Creo que es un buen libro de evasión y es cierto que te deja un sabor agridulce al final, pero no todo van a ser finales felices. ¿Has leído American Gods? También es de Neil Gaiman y puede que te guste, no sé, a mí me enganchó. Por cierto que tengo atravesada Instrumental, pero creo que es que no encuentro tiempo para leer como me gustaría. No me olvido de Maldito Karma, creo que me hace mucha falta . Un besazo.
Oscar
28 enero, 2017Tampoco pienso que sea una novela 100% infantil, pero tiene ese punto de vista de un niño. Yo recién he retomado el hábito de la lectura a mis 34 años, y aunque no encuentro mucho tiempo, si que soy constante. Tu recomendación la tendré muy en cuenta.
Ahora estoy con «el porque de las cosas» y aunque me gusta la manera de escribir de y explicar las cosas de Quim me fustra muchísimo como acaba los relatos. Me parece que es un poco cabron con el lector. Un saludo.
Anabel
29 enero, 2017Me encanta tu expresión «es un poco cabrón con el lector» creo que es de lo más honesto que he leído ultimamente. Un abrazo
Oscar
29 enero, 2017Conoces el libro? Lo has leído? Me gustaría saber tu opinión.
Anabel
29 enero, 2017No lo he leído, lo tengo en la pila de libros pendientes tamaño montaña de los Pirineos. Madre mía, cada día más cosas por leer y tan poquito tiempo.
Oscar
29 enero, 2017La fe
–Quizá es que no me quieres.
–Te quiero.
–¿Cómo lo sabes?
–No lo sé. Lo siento. Lo noto.
–¿Cómo puedes estar seguro de que lo que notas es que me quieres y no otra cosa?
–Te quiero porque eres diferente de todas las mujeres que he conocido en mi vida. Te quiero como nunca he querido a nadie, y como nunca podré querer. Te quiero más que a mí mismo. Por ti daría la vida, me dejaría despellejar vivo, permitiría que jugasen con mis ojos como si fuesen canicas. Que me tirasen a un mar de salfumán. Te quiero. Quiero cada pliegue de tu cuerpo. Me basta mirarte a los ojos para ser feliz. En tus pupilas me veo yo, pequeñito.
Ella mueve la cabeza, inquieta.
–¿Lo dices de verdad? Oh, Raül, si supieses que me quieres de veras, que te puedo creer, que no te engañas sin saberlo y por lo tanto me engañas a mí… ¿De verdad me quieres?
–Sí. Te quiero como nadie ha sido capaz de querer nunca. Te querría aunque me rechazaras, aunque no quisieras verme. Te querría en silencio, a escondidas. Esperaría que salieses del trabajo nada más que para verte de lejos. ¿Cómo es posible que dudes de que te quiero?
–¿Cómo quieres que no dude? ¿Qué prueba real tengo de que me quieres? Sí, tú dices que me quieres. Pero son palabras, y las palabras son convenciones. Yo sé que a ti te quiero mucho. Pero ¿cómo puedo tener la certeza de que tú me quieres a mí?
–Mirándome a los ojos. ¿No eres capaz de leer en ellos que te quiero de verdad? Mírame a los ojos. ¿Crees que podrían engañarte? Me decepcionas.
–¿Te decepciono? No será mucho lo que me quieres si te decepcionas por tan poco. ¿Y todavía me preguntas por qué dudo de tu amor?
El hombre la mira a los ojos y le coge las manos.
–Te quiero. ¿Me oyes bien? Te quie ro.
–Oh, “te quiero”, “te quiero”… Es muy fácil decir “te quiero”.
–¿Qué quieres que haga? ¿Qué me mate para demostrártelo?
–No seas melodramático. No me gusta nada ese tono. Pierdes la paciencia enseguida. Si me quisieras de verdad no la perderías tan fácilmente.
–Yo no pierdo nada. Sólo te pregunto una cosa: ¿qué te demostraría que te quiero?
–No soy yo la que tiene que decirlo. Tiene que salir de ti. Las cosas no son tan fáciles como parecen. –Hace una pausa. Contempla a Raül y suspira–. A lo mejor tendría que creerte.
–¡Pues claro que tienes que creerme!
–¿Pero por qué? ¿Qué me asegura que no me engañas o, incluso, que tú mismo estás convencido de que me quieres pero en el fondo, sin tú saberlo, no me quieres de verdad? Bien puede ser que te equivoques. No creo que vayas con mala fe. Creo que cuando dices que me quieres es porque lo crees. Pero ¿y si te equivocas? ¿Y si lo que sientes por mí no es amor sino afecto, o algo parecido? ¿Cómo sabes que es amor de verdad?
–Me aturdes.
–Perdona.
–Yo lo único que sé es que te quiero y tú me desconciertas con preguntas. Me hartas.
–Quizá es que no me quieres.
Quim Monzó, El porqué de las cosas
Anabel
30 enero, 2017Seguro que no la quiere. Me parece bastante divertido. Al menos ese fragmento. Disfrútalo. Un abrazo
Manuel
16 febrero, 2018(Psst… Chirbes, con b).
😉
Anabel
17 febrero, 2018Como el post es antiguo, no sé si la culpa la tengo yo o este teclado estupendo, que falla más que la pistola del malo. Asumo mi responsabilidad y maldigo el momento en que me compre un inalámbrico de los que quieren parecerse a los mac. Muy mono, pero muy inútil. Muchísimas gracias Manuel, bromas a parte, te lo agradezco de corazón. Un beso