Ya sé, ya sé que la fruta es estupenda y que es una de las más elogiadas por doctores, nutricionistas y cualquiera que tenga dos dedos de frente. Sin embargo ya desde la antigüedad se introdujo este fruto como posible causa de desdicha para los mortales. Sólo tenemos que recurrir a los pobres Adán y Eva, que comieron el fruto del «Árbol del de la Ciencia del Bien y el Mal» (prohibido) y lograron que fuéramos expulsados del Jardín del Edén. Y, desde entonces, aquí estamos trabajando, sufriendo y acordándonos de la pareja que decidió comer una apetitosa manzana. Y mira que Dios les dijo que podían comer de todo, pero que a ese árbol ni mirarlo, aunque les dio exactamente igual y atendiendo a las sugerencias de una serpiente parlanchina terminaron por romper las normas. Me diréis que soy una irreverente (y posiblemente sea cierto), pero Dios tenía que saber que cuando les dijo de ahí no comáis, iban a ir de cabeza a comerse no una, sino toda la cosecha. Continuar leyendo en Aladar

Margarita
17 septiembre, 2017Me ha encantado tu entrada Anabel, además de tu sentido del humor nos has contados historias de la mitología griega que me encantan. Lo cierto es que yo, como tú, voy a seguir tomando manzanas, aunque cuando has nombrado la manzana de Blancanieves te confieso que la he mordido con un poco de repelús… pero aquí estoy, comentando y bien despierta.
Muchos besos 😀
Anabel
19 septiembre, 2017Ya veo que no nos ha pasado nada a ninguna de las dos así que me quedo aliviada. Un beso y muchas gracias por tu comentario.
Pedro Ojeda Escudero
18 septiembre, 2017En realidad no sabemos si el fruto bíblico era o una manzana. La adjudicación fue debida a una mala traducción. Pobre manzana, con lo que limpia la dentadura y lo rica que está en sidra…
Me ha divertido el texto. Besos.
Anabel
19 septiembre, 2017Hola, Pedro
No lo sabemos, pero nos gusta mucho dar mala prensa a lo que se tercie. Me alegra que te haya divertido esa es la intención, quitarle un poco de hierro a la mitología y hacerla más accesible y divertida. Un besazo