Son varios los motivos que me recomentarte a Ferdinand von Schiarch y su obra:
- Verosimilitud. Se nota que Ferdinand von Schiarch conoce la vida de los abogados, que es (o ha sido. No sé si continúa ejerciendo) abogado. Ese conocimiento se percibe en las grandes cosas, sino en los pequeños detalles: como fuman los abogados nerviosos (os aseguro que ya se fuma menos, pero durante muchos años los juzgados tenían más humo que una discoteca); la forma en la que se habla en una sala reservada; como se el trabajo de los juicios, la cantidad de horas y nervios que consumen; el trato entre profesionales… a veces sucede que, estas novelas judiciales fallan por lo más esencial, dando una imagen irreal de lo que es el trabajo como abogado, muy de película hollywodiense (dicho con todo mi cariño porque me encantan las películas americanas)
- Emplea un lenguaje muy sobrio y conciso. Te lo vas a leer en un ratito y todo está muy, muy claro.
- Habla de Justicia europea continental, que es lo mismo que hablar de aquello que no se parece a la justicia anglosajona a la que nos tienen acostumbrados las series de TV y películas.
- Porque sabe mantenerse al margen de sus personajes. Esto puede que suponga una pega para otros lectores, porque también es cierto que a veces resulta demasiado frío, pero te permite «adueñarte» de la novela.
- Plantea una serie de diatribas morales a las que se enfrenta el Estado de Derecho y la propia humanidad, de una forma muy interesante. El Caso Collini provocó que el Ministerio de Justicia del estado Alemán crease una comisión de investigación del pasado nacionalsocialista del mencionado ministerio, lo que te puede dar una idea de la trascendencia e interés que suscitó la novela.
El caso Collini relata la historia de Fabrizio Collini, un trabajador italiano, que después de jubilarse asesina a un rico empresario alemán de más de ochenta años, Hans Meyer. Fabrizio asume los hechos y se entrega a la policía pero se niega a relevar el móvil de su crimen. Será su joven y novato abogado, Casper Leiner (amigo de la infancia de la familia Meyer) el que descubra los motivos y ponga en evidencia la legislación alemana. Pues aunque el crimen de Meyer está relacionado con la II Guerra Mundial, concretamente con fusilamientos de civiles (se veía venir que la guerra iba a entrar en juego), la novela va más allá, cuestionando como se dictaron reformas penales, de una importancia aparentemente escasa, pero que , de hecho, provocaron la prescripción de crímenes cometidos durante la contienda. Estas reformas no se realizaron a ciegas sino conscientemente por un antiguo jurista afiliado al regimen nazionalsocialista: Eduard Dreher.

El propio Ferdinand von Schirach ha vivido bajo la sombra de su abuelo, Baldur von Schirach, máximo responsable de las juventudes hitlerianas, que fue condenado en el juicio de Núremberg a 20 años de cárcel por crímenes contra la humanidad, ya que como alcalde de Viena se encargó de la deportación de 60.000 judíos a los campos de concentración. Esta es una carga con la que ha tenido que vivir el escritor, que no se enteró hasta los doce años de quien era su abuelo y no mantuvo casi contacto con él, pues su abuela se divorció del mismo mientras cumplía su condena en la cárcel de Spandau, en 1949. La sombra del nazismo es tan alargada que el autor se vio obligado a publicar un artículo en un periódico alemán titulado «Por qué no puedo contestar preguntas sobre mi abuelo«.

«El caso Collini» es breve (te encantan las novelas breves y lo sabes) se lee casi del tirón y engancha. La última parte, en la que se nos da (por fin) la clave de la novela, los móviles de Fabrizio es particularmente intensa. Además piensa que tienes delante una de las pocas obras de ficción que han contribuído a cambiar o revisar la Justicia real, esa a la que tenemos a mirar con desconfianza ¿qué más se puede pedir?
Si la has leído me gustaría saber tu opinión y si no anímate con ella. Seguro que te gusta.
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