De una conexión aleatoria (o no) nace esta historia, que aglutina canciones; linchamientos y racismo; juicios inquisitoriales a presuntos traidores a la patria (cuando en Estados Unidos se vivía una auténtica caza de brujas); huérfanos inesperados; libros; música y una forma de concebir el afecto y la solidaridad que va más allá de lo que cabría esperar.
Strange Fruits (Frutos Extraños en español) es conocida por ser una canción interpretada por Billie Holiday o Nina Simone (entre otras). Su letra comienza así «Southern trees bear strange fruit. Blood on the leaves and blood at the root. Black bodies swinging in the southern breeze. Strange fruit hanging from the poplar trees». Lo que traducido podría ser «Los árboles del Sur dan una fruta extraña. Sangre en las hojas y sangre en las raíces. Cuerpos negros balanceándose en la brisa del sur. Extraña fruta colgando de los álamos». Esta canción de 1939, denunciaba los linchamientos que las personas negras (de color si lo preferís) sufrían en el Sur de Estados Unidos. Linchamientos que en muchos casos eran auténticos espectáculos populares donde se reunían pequeños y mayores para observar las vejaciones, torturas y crueles muertes que sufrían sus vecinos por el mero hecho de tener un color de piel diferente. Algunos habían hecho frente a situaciones injustas y otros ni eso, otros tal vez habían mirado de alguna forma que se malinterpretó, o dejaron escapar alguna palabra que no sonó bien. Tal vez alguno quiso leer, o escribir, o ganar algo más de dinero para alimentar a su familia. Cualquier excusa era buena para organizar un linchamiento. Puedes continuar leyendo este artículo en Aladar la revista cultural de «El Correo de Andalucía«