Anne Perry

ANNE PERRY. LA REDENCIÓN DE LA ASESINA

Si eres fan de la novela de misterio con tintes históricos seguro que has leído alguna novela de Anne Perry, sus sagas de Pitt y Monk son bestseller mundiales. Lo que no es seguro que conozcas es el pasado asesino de su autora. ¡Cómo te quedas! Pues ahora te cuento un poco más.

En el año 1954, concretamente el día 22 de junio, la ciudad de Chistchurch, se vio sacudida por un crimen. Pauline Parker y Juliet Hulme, de apenas 15 años, habían dado muerte a la madre de la primera, Honora Parker.
Los hechos ocurrieron de la siguiente forma. Honora su hija Pauline y la amiga de ésta Juliet, salieron a dar un paseo por un parque, para volver a casa tomaron un sendero solitario que atravesaba el mismo. Juliet tiró una piedra de color rosa a modo de cebo, para que la Señora Parker se agachase, en ese momento su hija le golpeó con un ladrillo en la cabeza en reiteradas ocasiones. Después Juliet cogió el ladrillo y golpeó también a la mujer, que quedó muerta en el suelo, supongo que, con el pequeño tesoro en la mano, aunque tras cuarenta y tantos golpes, vaya usted a saber.
 
Anne Perry y pauline Parker
 
Sin tustificar un homicidio,  parece que la muerte de Doña Honora, fue el resultado último de la conducta obstativa que los progenitores de ambas niñas planteaban a la fuerte amistad existente entre las adolescentes. Las chicas compartían talento literario, gran imaginación, pasión por el cine, la lectura, la música… y soñaban, soñaban…. demasiado despiertas. Tenían una relación compleja, y obsesiva, que hacía sospechar a sus padres de ciertos tintes de homosexualidad en su fraternal relación, lo que preocupó enormemente a los padres. Honora Parker, tenía la intención de separar a Pauline de su amiga .
Más allá fue el padre de Juliet, un famoso científico llamado Henry Hulme, quien recién divorciado de su esposa, adúltera confesa -con lo que debía ser eso en aquellos tiempos-, decidió que llevarse a su hija de vuelta a Sudáfrica, donde la dejaría durante unos meses en compañía de unos parientes. Al parecer de los padres, esta sería la mejor solución para las problemáticas jóvenes, cuyo rendimiento escolar caía en picado, por lo exclusivo de su relación.
 
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Photo credit: Diane Hinds

 

El escándalo fue mayúsculo, el juicio fue seguido con un interés extremo por los medios de comunicación de la época, y acudieron al mismo varios psiquiatras, que en calidad de peritos, depusieron ante el tribunal sobre la ininmputabilidad de las chicas y sobre su condición sexual. El fiscal en su alegato final, llegó a decir «Estas muchachas no son enfermas incurables; son malvadas incurables». Finalmente, fueron sentenciadas se acordó su reclusión en cárceles separadas a discreción de su Majestad. O lo que es lo mismo, mientras nos dé la gana, lo que podía llegar a un máximo de 25 años. Las excarcelaron en el año 1959, esto es, cinco años después del asesinato, para mantenerlas en libertad, se les impuso una condición, no podrían volver a verse nunca más.

 El crimen es, en sí, horrendo, y parece que su trastorno impediría que fueran recuperables para la sociedad. Sin embargo, no ocurrió así, al menos en la parte que ahora voy a narrar. Juliet, volvió a Inglaterra con su madre -su padre se negó a volver a tratarla-, quien se había casado con el hombre con el que años atrás había cometido adulterio; Walter Perry, que en una muestra de generosidad, le dio su apellido a Juliet. Además, dejó de llamarse Juliet, para acoger un nombre común, Anne. Para quienes disfruten -como yo- de la literatura detectivesca, la historia está cerrada, para los demás, decir que Anne Perry es una de las más cotizadas escritoras de novelas de detectives, ambientadas en la época victoriana. Propietaria de un castillo en Escocia y persona de una rectitud intachable. Sus libros se venden como churros. Suelen ir más allá del mero crimen, acercándonos a la sociedad británica de aquel momento, y a sus problemas: desde las teorías darwinistas y creacionistas, a conflictos entre católicos y protestantes, la posición de la mujer, la pobreza, la miseria, el problema irlandés. Anne Perry ha demostrado que sí, que uno puede rehacer su vida, que todos somos recuperables.
 

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Peter Jackson sacó a la luz el crimen en la película «Criaturas Celestiales» en la que una      se come la pantalla, interpretando a la propia Anne Perry. Fue tras el estreno de la película cuando saltó a la luz, el asesinato de Honora Parker. Anne fue entrevistada por varios periodistas, y asumió su responsabilidad, si bien trató de escudarse en la fuerte medicación que tomaba a consecuencia de sus problemas de pulmón, sustancias estupefacientes, que fueron retiradas del mercado con posterioridad, por sus nocivos efectos.

Y tú ¿crees que es posible la reinserción de los criminales?, ¿has leído alguna novela de Anne Perry?, ¿cuál es tu personaje favorito?

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4 comentarios

  1. María
    12 marzo, 2008

    recuerdo haber leído algo sobre el tema cuando se estrenó la película (aunque nunca llegué a verla) pero madre mía…es como para poner los pelos de punta…de todas formas es un tema complejo este…por ejemplo…ahora parece que van a dar el tercer grado al asesino del rol…y todo el mundo se lleva las manos a la cabeza porque según los peritos que llevaron el juicio, tenía varias personalidades, que asumía indistintamente y que su trastorno no tenía cura, es decir, que podía volver a matar…vale, entonces cual es la solución??dejar a esa persona siempre entre rejas??medicarla toda la vida??dejarla que salga fuera y esperar que su personalidad «malvada»no vuelva a apoderarse de él???ufff…no se…me parece todo tan complicado…pero bueno de todas formas creo que lo de rebajar la edad penal es una propuesta lanzada al aire…(igual por otro lado que nuestras respuestas)y que es algo que debería estudiarse bien y no soltarlo como si nada en un discurso preelectoral, sin medir consecuencia, sin saber realmente si es lo correcto…buscando solo el populismo…en fin…lo de siempre…

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  2. Anab
    13 marzo, 2008

    Tienes más razón que un santo. Es un problema serio saber qué vamos a hacer con «nuestros» delincuentes cuando cumplen las penas que les han sido impuestas, o pasan a disfrutar del tercer grado. Sobre todo en casos en los que parece que algún tipo de enfermedad mental, trastorno psicológico, o cómo quiera que lo llamen los especialistas, que hacen peligrosa la conducta del sujeto en cuestión. ¿Que hacer? En mi humilde opinión, y refiriéndome exclusivamente al asesino del rol, puede que el Ministerio Fiscal debiera tomar la iniciativa en el siguiente sentido. Si esta persona está enferma, y su enfermedad es peligrosa para los demás y para sí mismo, tal vez podría incoarse un proceso de incapacitación, que permitiera someterlo a un tratamiento continuado, y realizar ingresos a esta persona en los momentos en que se revelase necesario. De cualquier forma, el aplicar a esta persona el tercer grado, puede ser un grave riesgo también para el Estado, quien sería garante de todas las tropelías que pudiera cometer mientras disfrute del mismo.A mi me parece un embolado gordo, de difícil solución.De cualquier forma, para nuestro alivio, no hay muchos asesinos del rol, ni de las cartas. Son casos que causan gran escándalo, pero se cuentan con los dedos de dos manos. En general, pienso que la mayoría de la gente que está en prisión es recuperable. Mucho más cuando empiecen a meter conductores borrachos, con lo que aumentarán la población reclusa de forma exponencial, acabando con el paro en España.En cuanto a los políticos, si no hacen populismo, ¿que sería de ellos?. Angelitos, también tienen que ganarse la vida… ¡ja!

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  3. la pequeña candi
    13 marzo, 2008

    Todos hemos hecho tonterías en nuestra adolescencia, pero algunas son más graves que otras. Lo de la recuperación… depende más de tu entorno que de tí (o eso pienso yo), y para muestra un botón: en mi barrio no se rehabilita nadie porque nadie se preocupa por tí.¡Uy, que profunda me estoy poniendo para estar en prefiestas!Me voy a rezar el rosario que es tiempo de eso.Un besazo.

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  4. Anab
    13 marzo, 2008

    Estimada Candi:Lo de tu barrio, es para echarse a llorar y no parar. Pero eso ya lo sabías. Por otro lado, creo que mejor que irte a rezar el rosario, deberías irte de cañas, que resulta más agradable y alimenticio.Besos gordos, gordos.

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