
Jejeje, esto no os lo esperabais ¿eh?
- Romeo y Julieta.
Clásico entre los clásicos, la obra de William Shakespeare, parece inmune al paso del tiempo y es que los adolescentes amantes de Verona, contrariados por sus padres, continúan teniendo un tirón impresionante. He contado unas 18 adaptaciones al cine, con gnomos de jardín incluídos (no, no es broma, se tituló Gnomeo y Julieta y la banda sonora era de Elton John). Sinceramente no termino por explicarme el secreto de su éxito porque me parecen muy cursis y violentos. Supongo que tiene que ver con la rebelión ante la familia y las ansias por consumirse en una pasion eterna, o por el trágico final de los personajes (en la pelicula de los gnomos no, podéis verla sin problemas). Si vuestra pareja adora los clásicos y frases como » buenas noches, buenas noches, la despedida es tan dulce pena que diré buenas noches hasta que amanezca» (acabo de vomitar después de escribirlo), este es sin lugar a dudas el libro que debéis regalarle.

Imagen de la serie de la BBC «Orgullo y prejuicio»
2. Orgullo y Prejuicio
Me encanta esta obra de Jane Austen. Es sin duda una de mis favoritas aunque mantengo que no es en forma alguna una escritora romántica y ello aunque en sus obras termine por triunfar el «amor».. Es cierto que «Persuasión» y «Sentido y Sensibilidad» están muy bien, pero mi obra favorita es esta, creo que sobre todo es por el personaje de Elisabeth Bennet, que tiene chispa, voluntad, inteligencia y una forma de ver las cosas muy alejadas de lo que se esperaba de una mujer de su época. Además lee, ¿qué más se puede pedir? Esta obra, supuestamente romántica, tiene además la rara virtud de contener dos de las declaraciones amorosas más lamentables de la literatura y el objeto de ambas es la protagonista Elisabeth Bennet. Si os animáis a leer la obra (o si ya la habéis leído) me gustaría que me contaseis lo que pensáis sobre la declaración del Señor Collins y la primera de Darcy… no voy a decir nada por no fastidiar.
Esta novela tiene también varias adaptaciones cinematográficas (en blanco y negro incluido), posiblemente la más famosa sea la del año 2005, con Keira Knightley en el papel de Elisabeth Bennet y la serie de la BBC del año 1995, con Collin Firth como el Señor Darcy.
Me parece un regalo perfecto para los que adoran los clásicos, pero son contenidos, irónicos y en el fondo, muy en el fondo, unos tiernos.
3. Jane Eyre.
La novela escrita por Charlotte Brontë (¡qué hermanas las Brontë!) se tituló en principio Jane Eyre: una autobiografía y se publicó bajo seudónimo de Currer Bell y hasta tiempo después no se daría a conocer la autora. Cuenta la historia de amor entre la protagonista, a la que da título la novela y Rochester, un tipo hosco para el que trabaja como institutriz. Dramón, dramón con mujer enloquecida de por medio y que podría terminar como el rosario de la Aurora, pero … pero nada que no voy a reventar el contenido de la obra, aunque lo más normal es que lo sepáis. Aún tengo pendiente de lectura, en ese cerro de libros que no hace más que crecer y crecer «El ancho mar de los sargazos» de Jean Ryhs , en el que se narra la historia de la mujer de Rochester, por qué enloqueció, que es lo que sucedió en su vida. Me parece una forma genial de darle la vuelta a una historia (mucho mejor que «Orgullo, Prejuicio y Zombies») y explicar el personaje de «la loca del desván» que tan buenos frutos da en la novela gótica o de terror. Además os deja frases como esta «Los prejuicios son sumamente difíciles de erradicar de un corazón cuyo suelo nunca fue preparado o fertilizado por la educación: crecen ahi, firmes como malas hierbas entre piedras.»
4. Como agua para chocolate.
A mí me cautivaron la película y la novela de Laura Esquivel . Más la novela que la película, sobre todo porque el protagonista masculino no me cuadraba con el personaje de la novela, no sé muy bien por qué me parecía muy blandito para el papel. Para mí fue una de las mejores novelas románticas que he leído aunque parece que el tiempo la ha dado un poco de lado. Ambientada en el México rural revolucionario. Narra la historia de amor de Tita y Pedro. Ella es la hija menor de una familia en la que la costumbre es que la hija menor no se case para quedarse cuidando de su madre. Es mamá Elena precisamente la que prohibe la relación. y para tratar de estar cerca de Tita, Pedro termina por casarse con su hermana mayor. La novela emplea la gastronomía mexicana como metáfora de los sentimientos de Tita hacia su enamorado. Los platos de cocina los que harán vivir a los amantes y a las personas que con ellos conviven los sentimientos que embargan a Tita, la cocinera. No deja de ser una forma de llevar al extremo eso de que al corazón de la persona amada se llega por el estómago ¿no?. Cada capítulo comienza con el nombre de un mes y la receta de un plato típico mexicano del que te da la receta.
Esta es la novela ideal para aquellos cuya pareja disfruta en la cocina o a los que les gusta conocer las costumbres de otros lugares. Lo reconozco… me encanta. Y es que con los libros a veces sucede como con el amor, según esta novela «El amor no se piensa, se siente o no se siente»
5. La princesa prometida.
Que sí, que sí, que no es sólo una película, que también es una novela de William Goldman, del año 1973. Esta no la he leído pero la tengo en lista de firmes propósitos para 2016 y es que es una de las favoritas de mi amiga Candi. Una novela con princesas, príncipes malvados, piratas, gigantes, espadachines españoles, sicilianos astutos… pero ¿qué más se puede pedir a una historia de amor ? Parte de la visita que un abuelo hace a su nieto enfermo y el cuento que le va a narrar mientas lo acompaña: la historia de amor de Buttercup y Westley. Al principio al niño no le hace mucha gracia que le cuenten algo así, le parece aburrido, pero luego le va enganchando. Algo similar nos ocurre a nosotros y poco a poco nos vamos uniendo a la historia de los amantes, de Iñigo Montoya (mi personaje favorito), Fezzik y Vizzini.
Fantasía, acción y amor a raudales y una frase mítica, que no tiene contenido romántico pero que mola una barbaridad «Hola, me llamo Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre. Prepárate a morir». Si no habéis visto la película, os recomiendo que lo hagáis, además podéis llevar a los peques y todo. No hay problema.
Hasta aquí cinco formas literarias de expresar amor, cinco obras que podéis regalar este día y que satisfarán a un público de lo más variado. Amantes de lo clásico, del dramón, de lo étnico, la fantasía o la lucidez... ¿cómo? ¿que no he hablado de Azaría? Es que no tengo perdón de Dios, que le vamos a hacer, pues sí Azaría también tiene historias de amor no todo va a ser matar gente. Me gustaría destacar la de Inés la «Espanzurranovios» y Roberto y la de Mercedes y Francisco el «Cojo» Como sabéis el mote de Inés, como casi todos los motes, tiene un origen claro y es que ningún novio le dura: mueren, se vuelven locos, huyen… ¿Sobrevive el incauto policía a la maldición de Inés? ¡Ah, eso vais a tener que leerlo! Por cierto que si antes la tenían en varias librerías de Sevilla, Cáceres, Gijón Badajoz (Tusitala, Universitas, Colón, Montevideo, Don Bosco…) ya está en el Corte Inglés de Badajoz y lo han puesto con los libros que se venden y todo (sí, sí, ¿qué os parece?*). Como siempre, podéis descargar el primer capítulo gratis y si os convence, será un bonito regalo de San Valentín ¡oh yeah! Ya hice un poco de autobombo, no me pidáis más. No, no… ni un poco más.
Ahora me gustaría saber cuales son vuestras novelas románticas favoritas. Seguro que hay alguna, no os hagáis los duros, esos corazones no son de piedra. Un beso y que disfrutéis mucho de vuestro día de lo enamorados.
*A mí me parece que estoy como las crías chicas, para qué engañaros.
Raquel
12 febrero, 2016Para a mí una historia de profundo romanticismo pero sin cursileria es la de Rayuela. Aunque es una novela que cuenta mucho más que una historia de amor, en mi opinión, es más existencialista que otra cosa.
Y si hablamos de ponernos cursis, las Rimas de Bécquer, aunque no creo tampoco que lo sean, por mucho que sean constantemente tachadas de ello,
Anabel
12 febrero, 2016Hablamos de ponernos como queramos que para eso sufrimos San Valentín en nuestras carnes. No se lo digas a ningún argentino… no leí Rayuela, pero me fio de tu criterio y si me permites demorarme hasta el verano cuando vuelva a tener tiempo para leer, me enmiendo, te lo prometo. En cuanto a Bécquer creo que lo tenemmos un poco infravalorado ahora mismo, tenemos una facilidad tremenda para olvidanos de nuestros autores. No sé como lo ves tú. Un besazo apretado